Por la mañana del 28 de enero de 2015, el buque Floreana encalló cerca a Baquerizo Moreno. Estaba en ruta desde San Cristóbal hasta Puerto Ayora y estaba transportando 1.400 toneladas de carga, consistiendo en su mayoría de cilindros de alimentos y gas. Considerando que el buque contenia 50 toneladas de combustible, las autoridades rapidamente establecieron barreras de aceite como medida de precaución, mientras que las autoridades tratan de quitar el combustible lo más rápido posible del buque. Con el fin de proteger el ecosistema de las Galápagos un plan de contingencia, se implementó inmediatamente con foco específico puesto en la protección del medio ambiente circundante.
Sin embargo, esto no es un incidente aislado. Es la tercera nave de carga que se ha encallado en el último año. Anteriormente, en el 9 de mayo 2014 otro buque de carga (el Galapaface I), cargando 10 toneladas de carga y 19 mil galones de combustible diesel, quedó encallado cerca a Punta Carola, San Cristóbal. El gobierno ecuatoriano declararon un estado de emergencia y los esfuerzos de respuesta llegaron rapidamente al buque atrapado. Colocaron barreras de aceite alredor de la nave, seguido por boyas de acero está soldada a su casco con el fin de reflotar la nave. En el 15 de julio de 2014, el Galapaface I fue estabilizado y se alejó de la Reserva Marina de Galápagos (RMG).
Esto era una indicación de las posibles amenazas a las Islas Galápagos desde los buques de carga. Aunque lograron a salvar el Galapaface I, la decisión del gobierno ecuatoriano de declarar este estado de emergencia para el ecosistema de Galápagos demuestra que los gobiernos temen a las consecuencias desastrosas que podrian ser causadas por un derrame de petróleo. Solo hay que buscar en los anales de historia para ver los posibles efectos que un derrame de petróleo podria tener para las Islas.
El petrolero Jessica se encalló el 17 de enero 2001 cerca a la isla de San Cristóbal. Derramó casi la totalidad de sus 240 mil galones de combustible, y este derrame de petróleo tuvo un impacto significativo en la vida silvestre Islas Galápagos. Unos de los impactos más significativos de este derrame fue que un 60% de la población de iguanas marinas perecieron (atribuido al estrés causado) sino también observaron que animales como osos marinos y muchas otras especies marinas murieron.
Es muy posible que el derrame de petróleo por el petrolero Jessica ha afectado la rapidez con cual han manejado operaciones de rescate tomadas durante los incidentes posteriores de los buques Galapaface I y Floreana. Por ser un lugar tan importante para las especies endémicas, es imperativo que incidentes como éstos cerca a las Islas Galápagos se reducen al mínimo para reducir el riesgo al ecosistema frágil.
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¡Qué pesar! Espero que lo arreglan con rapidez.
¡De acuerdo Juan Felipe!